Clásico en el viejo contienente. Dos equipos que se tienen cogida la medida y se conocen debido a la gran cantidad de encuentros que han tenido en Europa a lo largo de sus respectivas historias, vuelven ha encontrarse en semifinales de la UEFA Champions League y el resultado en el Allianz Arena ha vuelto a repetirse, el Real Madrid no ha sido capaz de llevarse la victoria y tendrá que remontar el 2-1 cosechado por el Bayern. Parece ser, pues, que todo se decidirá en el Santiago Bernabéu. El duelo táctico que han llevado a cabo los dos técnicos ha sido intenso, un duelo, dónde mandó la pizarra en gran parte del encuentro sin perder ese toque eléctrico de un partido de semifinales de Champions, capaz de encandilar a los amantes del fútbol.
Empecemos hablando del Bayern de Münich. El equipo bávaro saltó al campo con una alineación que nos tenía en ascuas debido a la cantidad de jugadores que podían quedarse apercibidos para la vuelta, y la baja forma de otros como Müller. Finalmente, Heynckes decidió utilizar el esquema habitual del 4-2-3-1 con Neuer en portería, defensa con Lahm, Boateng, Badstuber y Alaba. Medio centro con Schweinsteiger y Luiz Gustavo, bandas para Ribéry y Robben, "media punta" para Toni Kroos y jugador más adelantado con Mario Gómez. Virtualmente era esto lo que uno se esperaba, pero en el terreno de juego se veían movimientos por parte de los jugadores que ayudaban a la defensa y ataque y que de cierta manera confundía al Madrid y producía mayor posesión para el equipo alemán. Uno de estos movimientos clave era la bajada de Kroos al costado de Luiz Gustavo y subida de Schweinsteiger y el cambio de formación defendiendo con todos y dejando a sus jugadores más ágiles y veloces al contragolpe (Robben y Ribéry). En cuanto a cómo atacar a un equipo fuerte atrás como es el equipo español, estaba claro que la forma más efectiva era utilizar, una vez más, las bandas haciendo daño a Arbeloa y Coentrao, dónde por sus bandas llegaron las ocasiones más claras y, por supuesto, los goles. En la segunda mitad, el técnico del Bayern quitó al alemán Schweinsteiger para meter a Thomas Müller, cambio interesante ya que ayudó a la victoria del equipo volviendo a cambiar posiciones y retrasando a Kroos para poner a Müller de enganche. Entre las posiciones mutables y cambios observables, cabe destacar el provecho del estado de forma de Ribéry para posicionarlo en banda contraria con la intención de emparejarlo con Coentrao (muy malo el partido que estaba llevando a cabo el jugador portugués) y crear más espacios en esa banda (el segundo gol se debe a un fallo defensivo de Fabio Coentrao ante Lahm). Poco más se puede decir del partido del Bayern München, el cual fue capaz de llevarse un partido justo con un resultado a favor para el Bernabéu.
Turno ahora para hablar del sistema de juego en este partido utilizado por el Real Madrid. El equipo madridista suele utilizar un juego efectivo basada en el contragolpe y la posesión, debido a la gran calidad de sus jugadores. El problema para este partido es que el Bayern es un equipo muy ofensivo, el cual disputa la posesión y la utiliza a su favor para ganar el partido. Ni trivote ni tridente, el Madrid salió con un 4-2-3-1 dónde Casillas estaba bajo palos, defensa con Arbeloa, Ramos, Pepe y Coentrao. Medio centro con el doblete Khedira y Xabi Alonso, bandas para Cristiano y Di María, enganche para Özil y delantero centro de referencia Benzemà. La idea de Mou en este partido se basó en asfixiar la salida del balón del equipo Bávaro, ya que es bien sabido que la defensa del Bayern no es de las mejores y suele sufrir cuando el ataque del equipo rival es potente (como es el caso del Madrid). La idea no le funcionó bien al técnido del Madrid, y el partido por momentos era un "toma y daca" entre los dos equipos, que aparentemente funcionaría mejor al Madrid por la peor defensa del Bayern. No fue así, Mou no paraba de cambiar posiciones y colocar a los diferentes atacantes del Madrid en sitios distintos: Di María delantero o media punta, Özil estaba en una banda y al rato en la otra, Benzemá lo mismo... No sé si era más una manera de despistar a la defensa rival, o la impotencia de no poder incarle el diente a su adversario. Se llegó incluso a ver a Cristiano emparejado con Alaba, el lateral del Bayern más inexperto en este área ya que ni es su posición habitual, ni suele jugar de esa manera. No fueron suficientes estos movimientos para generar llegadas de peligro, excepto las contras montadas por el Real Madrid, vía por la cual llegó el gol y generaron más ocasiones serias para inquietar a Neuer, pero no muchas. Otra medida que tomó Mou en la segunda parte, tras el gol de Özil que provocaba el empate en el marcador, fue sacar al propio Özil para meter a Marcelo y ayudar a Coentrao en defensa y hacerle las coberturas frente a Robben y Ribéry. Sí, ganó algo más de estabilidad en defensa, pero perdió mucha imaginación en ataque. En este momento empezó a desaparecer el Madrid del partido y ganó algo más de protagonismo el Bayern, además de generar más ocasiones que el Madrid. Un movimiento discutido por la afición que sugiere que no debería haberse intentado amarrar al 1-1 o no haber pensado, quizás, en el clásico para dar descanso a ciertos jugadores. Cualesquieran que hubieran sido las intenciones de Mourinho, tocará remontar un 2-1 en el Santiago Bernabéu con la ayuda de su gente, un reto que es difícil pero nada imposible para el equipo blanco.
El partido ha dado para mucho en el Allianz Arena y desde mi punto de vista, tiene más difícil la vuelta el equipo blanco, no por el hecho de remontar un marcador desfavorable, sino porque este mismo sábado deberá jugar un clásico ante el F.C.Barcelona que conllevará un desgaste físico enorme si no quiere tirar la liga a la basura, y porque el Bayern sacará a los suplentes ante su partido de bundesliga debido a que ya ha perdido el título liguero ante su máximo competidor. Semana de infarto la que nos tocará vivir, semana de fútbol. Estamos en el mejor momento de la temporada y toca decir lo mismo de siempre, olvídense de todo y disruten.
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